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Guerra de Globos

 

Guerra de Globos





 Había una vez una profe de ingles que tuvo uno de los días mas caóticos de su vida pero a la vez uno de los mas dichosos de su jornada de 25 años como docente. Dos niños fueron los protagonistas de esta historia quienes un día tocaron las puertas de mi aula siendo guiados de la mano por su mami para iniciar su primer día de clases de ingles. Estaban llenos de temor. Era evidente que no querían estar ahí. Por igual experiencia han pasado por mi aula tantos otros niños y siempre después del primer día de clases, el temor menguaba y comenzaban a relajarse y ser ellos mismos. Pero con estos dos niños, la historia no seria así. Las semanas pasaron y ellos seguían encerrados en si mismos como tortugas en su caparazones. No hablaban, solo respondían a lo que uno les preguntaba y siempre en la forma mas escueta posible, sin expresar ninguna emoción.

Con el pasar del tiempo, la madre me explico que sus hijos anteriormente asistían a una institución en la que fueron en cierta forma ridiculizados ya sea por su timidez o por su falta de confianza en si mismos a la hora de tener que responder preguntas. Esto llego a ser tan constante que los niños literalmente empezaron a odiar la idea de estudiar ingles junto con todo lo que se relacionara con la materia.

Así que ahí, en mi salón de clases tenia ante mi a estos dos niños, tan pequeñitos, tan vulnerables con tanto temor completando sus ejercicios en silencio. Los observaba y trataba de comprender en mi mente que es lo que desencadena este tipo de reacción. ¿Qué errores podemos cometer como docentes que traen aparejados estos rasgos emocionales? Sera que inconscientemente como docentes, en nuestro afán de impartir clases, de desarrollar contenidos, pasemos por alto la sensibilidad del ser humano hasta producir cicatrices en el alma de un niño a quien originalmente teníamos la intención de instruir, de elevar y de edificar?. ¿Sera que al estar tan enfocados en programas y contenidos perdamos de vista el factor humano?.

Con el tiempo me empezó a resultar muy difícil impartir esa clase. Me empezó a afectar el que después de varios meses siguieran sin hablar, sin compartir lo que fue su día, sin expresar emociones. Ya no sabia que mas hacer para que se sintieran seguros, queridos y valorados.

Mas un día cuando empezaba a acostumbrarme a la idea de que nunca me ganaría su confianza, sucedió lo inimaginable. Unas horas antes, ese mismo día habíamos celebrado el cumpleaños de un alumno y para ello habíamos decorado el aula con globos. Tras la clase estos globos habían quedado en el aula, algunos aun adheridos a la pared y otros diseminados por el piso.

Aquel primer grupo se retiro para dar inicio a la siguiente clase que era la de estos dos pequeños. Como era de costumbre, estos dos niños, sin mediar palabra, solo intercambiaron miradas. Al parecer, de alguna manera tenían una forma de comunicarse con la mirada, se levantaron de sus asientos y tomaron los globos. Fue la primera acción espontanea que habían hecho en varios meses. Mi corazón se alegro, tal vez los globos eran el ingrediente que había faltado todo este tiempo. Pero lo que nunca habría podido anticipar fue lo que sucedió a continuación, cuando de repente estos dos niños con sus globos en las manos vienen riendo y corriendo hacia mi, los dos pequis se confabularon, fue una emboscada contra la profe, una verdadera guerra de globos, profe contra alumnos, alumnos contra profe, muchas risas, muchos globos y mucho correteo. Fue una clase terriblemente caótica, nuestro griterío y ruido muy probablemente habrá molestado a uno que otro alumno del aula contigua, pero ese día nada de eso importo, porque ese día estábamos celebrando una victoria, estábamos celebrando, -aun sin palabras pero si con acciones-, que los miedos del pasado se habían hecho trizas, se habían hecho añicos como tantos globos en aquel aula, aquel día.









Hablemos de nuestro pasado

 

Hablemos de nuestro pasado


Hoy día como docentes en el área de ingles somos muy privilegiados. Contamos con varias editoriales que proveen excelentes materiales para la enseñanza y el aprendizaje del idioma ingles, asi como tiendas donde uno puede adquirir toda una amplia gama de libros de lectura de las mejores universidades del mundo. Pero esto no siempre fue así.


Allá por el año 1990 no se contaba con la variedad de recursos que hoy día tenemos y muchas veces los maestros conociendo la idiosincrasia propia de nuestro entorno y la realidad de muchos de nuestros alumnos se daban a la tarea de producir materiales que complementaran los sistemas que eran utilizados por aquel entonces para trabajar específicamente en las áreas donde los alumnos presentaban mayores dificultades.


Muchos maestros se daban a esta tarea de preparar estos materiales con maquinas de escribir, pero para fortuna de todos, allá por el año 1990 comenzaron a surgir las primeras computadoras. Mi padre vio con el surgimiento de las computadoras e impresoras la oportunidad de poner al alcance de los alumnos, libros utilizando los métodos de impresión ahora disponibles en cada hogar. A si surgió "Let's Publications"



















El sistema operativo de las computadoras de aquella época, no era Windows, sino D.O.S, las pantallas eran azules con letras blancas y la tipografía y efectos de textos eran muy limitados aun.

Se buscaron los permisos correspondientes de los propietarios y administradores de los derechos de autoría de los clásicos de lecturas y se comenzaron a transcribir esas historias para crear en torno a las misma s ejercicios y explicaciones que suplieran las necesidades del alumnado. Las historias los transportarían con la imaginación a otras épocas y lugares, afianzando con la lectura de cada pagina la compresión de términos y estructuras gramaticales. 




Se lanzo una primera tanda compuesta de cuatro series graduada por nivel de complejidad. Las ilustraciones de los libros fueron hechas por un extraordinario artista de la ciudad de San Lorenzo, el Sr. Mosteiro que con su arte dio vida a las historias narradas en cada pagina.



 

A veces pienso que los jóvenes dan por sentado los privilegios con que cuentan, pero en una época para poner a su disposición los mejores libros, profesores tenían que adquirir estos libros de su bolsillo, buscar los permisos correspondientes para su transcripción, transcribir las historias, invertir horas en ello sin sueldo, idear ejercicios en torno a los personajes e involucrar a artistas, que de igual forma dieron de su tiempo y talentos para la ilustración de los materiales. Todo eso para brindarles a los jóvenes las herramientas que les permitieran alcanzar la excelencia en las metas que se habían propuesto.


Y pensar que ahora 30 años después, con dificultad logro que un alumno copie un texto de dos párrafos, "Es muy largo, profe, mejor le hago un "screen" con mi teléfono" y de la galería del teléfono no tarda en pasar a la papelera de reciclaje.


Estos materiales han quedado en el olvido, como mudos testigos de la obra desinteresada de aquellos que dieron su todo en beneficio de aquellos que pasaron por sus aulas. 



Alumno a control remoto

 

Alumno a Control Remoto





Nunca podre olvidar a dos pequeñitos quienes un día tomaron el control del aula y con su ingenio, creatividad y esas ganas de disfrutar la vida contagiaron su espíritu y trajeron tanta alegría a lo que habría sido un día rutinario de clases. 

Como recreo cerebral habíamos empezado un juego de mímicas, donde un alumno, elegido al azar tenia que actuar una situación para que otro niño adivinara la acción y nombrara el verbo. Le toco en suerte el actuar a un niño a quien llamare Beto. En ese salón de clases Beto tenia un amigo quien no solo era su compañero de clase, sino también un vecino y amigo de toda la vida a quien llamare Guille. Beto y Guille se miraron. Se conocían tan bien que no necesitaban intercambiar palabras para que uno comprendiera lo que el otro necesitaba.

Guille tomo en sus manos un control remoto imaginario y lo pulso, en el acto Beto comenzó a actuar la escena de una película de ciencia ficción, fue una actuación magistral pero Guille dijo "no, mejor otra" y volvió a pulsar el control, la actuación de Beto cambio al instante, en un segundo nos hablaba con total seriedad del pronostico del tiempo como en un noticiero. Guille volvió a pulsar aquel control remoto y de repente teníamos ante nosotros los momentos finales de un partido de futbol con este jugador corriendo para meter un gol imaginario y celebrar su triunfo. Pero a Guille no le gusto esa programación y volvió a cambiar el canal y de repente teníamos una telenovela desarrollándose ante nosotros y así una y otra vez las escenas fueron cambiando.

No queríamos que Guille dejara de pulsar aquel control remoto ni que Beto dejara de actuar. Nos tenían completamente absortos y atrapados en la magia de su espontanea actuación.

Son interesantes los giros que da la vida. Hace 25 años atrás en una universidad, presentaba mi defensa de tesis. El tema: "El establecimiento de un instituto para la enseñanza del idioma ingles en la ciudad de San Lorenzo". 25 años atrás no existían en San Lorenzo los grandes institutos de idiomas que fueron estableciéndose desde entonces. En esa tesis yo hablaba de programas, de contenidos, de estadísticas, de presupuestos, de inversiones, de marketing, contabilidad, finanzas, en síntesis, de números en una pagina.

Lejos estaba de saber que 25 años después, al rememorar lo que han sido estos 25 años, nada de eso vendría a mi mente. 25 años después mis activos no se miden en números, cuentas bancarias o informes estadísticos, como en su momento lo hiciera en aquella defensa de tesis. Mis activos son mis recuerdos y las lecciones de vida que he ido aprendiendo y que sigo aprendiendo como persona en esta jornada o viaje en el sendero de la educación. ¿Cómo medimos eso?, ¿Cómo calculamos el valor de este activo? Difícilmente creo que lo pueda graficar en un grafico de barras.

Hemos impartido nuestras clases desde tres edificios diferentes, todos en la ciudad de San Lorenzo, ahora estamos en el cuarto edificio de nuestra historia, mas este, el ultimo, es nuestro local propio que estamos acondicionando y arreglando de a poco. Si pudiera hablar a mi Yo de 25 años atrás le diría, que los activos vienen y van, que los pasivos a veces superan los activos, pero que en toda esa proyección numérica fluctuante, la constante siempre seria el valor o precisamente el activo que el comercio no puede medir y son esos cortos y breves momentos que compartiste con las personas a tu lado. Esos recuerdos, esas imágenes mentales que por siempre quedaran grabadas no en una placa de bronce junto a una puerta, sino en nuestros recuerdos y en nuestro corazón.




























Chiquiplupsis

 

Chiquiplupsis



Siempre me he referido a mis alumnos como a
"mis chiquiplupsis". No recuerdo como surgió el termino, pero si un niño o joven entraba a mi salón, en ese momento pasaba a ser un "chiquiplupsis"


Cuando una clase terminaba, acompañaba a mis "chiquiplupsis" a la puerta de acceso para despedirme de ellos y a la par recibir a aquellos que iban llegando. Aquellos que se retiraban escuchaban un "nos vemos mi chiquiplupsis, que lo pases bien" y aquellos que ingresaban recibían un "¡Aloha mi chiquiplupsis!". En esa puerta se cruzaban aquellos que se retiraban con aquellos que llegaban.


Una día, una de mis alumnas estando en el patio de recreo de su escuela, reconoce en la distancia, de entre cientos de otros niños, a una niña con quien tantas veces se había cruzado en la puerta de nuestro instituto. Se dio cuenta de que aquella otra niña no solo asistía a su mismo instituto de ingles sino también a su misma escuela. De repente había un vinculo que las unía.






Así que entusiastamente trato de llamar su atención, ¿pero como llamas la atención de alguien de quien no conoces su nombre?


Y entonces surgió la idea. Con toda la fuerza de sus pulmones la pequeñita grito "Chiquiplupsis......". Al instante la otra niña volteo su cabecita y empezaron a reír. Fue la magia de una palabra que solo ellas dos conocían en ese lugar. A la clase siguiente me entere de todos los detalles de esta historia, cuando estas mismas pequeñitas me contaron del momento que compartieron juntas, fruto de una magnifica y muy original ocurrencia. 










Perseverancia y Astucia

 

Perseverancia y Astucia




Misión

Averiguar la fecha de cumpleaños de la Profe

Grado de dificultad

Catalogado "Imposible"


Tiempo estimado para cumplir la misión:

El tiempo que sea necesario


Las mentes maestras se proponen resolver el acertijo y obtener la respuesta que ha sido buscada por largo tiempo mas nunca ha sido hallada.


Tratar de encontrar la cedula de la profe nunca ha dado frutos, consultar con familiares y amigos tampoco. Tampoco ha dado resultado el preguntar inocentemente por el signo zodiacal de la profe, o por su animal en el calendario chino.


Tantas estrategias se implementaron mas nada nunca dio resultados, hasta que llego el grupo mas tenaz de la historia.


Estrategia:

Preguntar en cada clase, "¿Profe, cuando es tu cumpleaños?" a lo que recibirán evasivas, como por ejemplo: "No me acuerdo, era muy pequeñita cuando nací" y otras respuestas por el estilo. Mas no se rindan, sigan insistiendo. El tiempo pasara, probablemente un año, y después de escuchar la misma pregunta en cada clase, tal vez la profe se canse y les diga la respuesta.


Un año después "Profe, solo dinos el día, no sabremos el mes. Solo queremos saber el día. Parecía una pregunta inocente mas no lo fue. La profe cayo en la trampa, nos dijo el día. Respuesta agendada.





Fase dos:
En cada clase repetir la misma pregunta de siempre "¿Profe, cual es la fecha de tu cumpleaños?" y como de costumbre la respuesta será algo como: "lo olvide, fue hace mucho tiempo cuando nací".


Un año después: "Profe, solo dinos el mes, nunca sabremos que día es". Guala, la profe cayo en la trampa.


Ahora tenemos día y mes.


Misión cumplida tras dos años de averiguaciones.


Esta historia que parece fantasiosa, en realidad dista mucho de la ficción. Cuatro niños idearon este plan que ejecutaron fielmente durante dos años hasta lograr su objetivo.


Moraleja: Nunca duden del poder de la persistencia y nunca subestimen la tenacidad de los Chiquiplupsis








Libros, Libros y mas libros ...

 

Libros, libros y mas libros ...






El Director del Zenith English Centre comenzó a impartir clases de ingles en el año 1986, por lo que aprovechamos la oportunidad para celebrar junto con el sus casi 40 años en la docencia. Al poco tiempo de ejercer como docente fue nombrado como director del departamento de ingles de un colegio privado capitalino y en ese cargo empezó a ver la necesidad de contar con mas recursos para la enseñanza del idioma ingles como ser ayudas visuales, carteles, libros para la lectura, ejercitarios y demás.








Tenia conocimiento de una editorial Sudafricana que tenia toda una linea de materiales didácticos y de lectura para la enseñanza del idioma ingles comenzando desde los niveles iniciales hasta los mas avanzados. Ensimismado por los contenidos y la forma estructurada y sistemática en la que los mismos eran presentados comenzó a contemplar la posibilidad de poder contar con ese tipo de recursos en nuestro país.





Lo que parecía ser un sueño muy pronto se torno realidad con la ayuda del entonces, secretario de la Embajada de Sudáfrica en Paraguay con quien contacto el Director del Zenith English Centre y con su valiosa intermediación y apoyo logístico se pudo traer al Paraguay todo un lote de libros para la enseñanza del idioma ingles.




















Una vez que los libros llegaron al Paraguay, el secretario de la Embajada de Sudáfrica conjuntamente con quien hoy día es el Director del Zenith English Centre los pusieron en exposición haciendo las invitaciones correspondientes a través de los medios de prensa de la época, para poner al conocimiento de las entidades educativas estos valiosos materiales y recursos con los que se podría enriquecer la enseñanza del idioma ingles en nuestro país.
















































































Mulatita

 

Mulatita




Esta es una historia sobre el ingenio de los niños. Típicamente vemos en las películas y desafortunadamente, uno que otro maestro habrá experimentado en algún momento de su carrera, cuando los alumnos deliberadamente cierran la puerta del aula para que el profesor no pueda ingresar. Algunos por travesura, otros por rebeldía. Pero este no es el caso de dos niños a quienes llamare A y L por sus iniciales. Estos dos Pequis llevaron esa travesura a otro nivel.

La hora de dar inicio a la clase estaba por empezar y estos dos niños habían ingresado al aula donde me esperarían para iniciar las clases. Cuando llegue al aula, encuentre la puerta cerrada, la abri y vi sentados a estos dos niños muy quietos, muy tranquilos, muy callados, lo cual me llamo la atención, conociendo la naturaleza tan vivaz de estos Pequis. Así que un tanto preparada para lo que fuera, sin dar un paso mas, les pregunto ¿Qué pasa? y con una expresión muy seria en sus rostros me responden "no puedes pasar".

Sabiendo que una travesura s estaba desenvolviendo, les pregunte en voz baja, casi en susurro, ¿por que?. Y en respuesta los dos niños con una expresión seria en el rostro se limitan a señalar la mesa. Me fijo y veo sobre la mesa a "Mulatita"

Unos familiares de la niña habían hecho un viaje al Brasil y le trajeron de regalo una muñeca de trapo a la que le pusieron por nombre Mulatita. Mulatita nos acompañaba en cada clase, ella era una alumna mas en ese salón de clases y ahí estaba ella, tendida sobre la mesa. Habían delineado el contorno de su cuerpo con tiza.

Entonces los niños me dicen "lo siento profe, no puedes pasar. Es la escena del crimen y se esta juntando evidencia. Así que mientras se analiza la evidencia, no podrás pasar"

No pude contener la risa. Estos dos niños me sorprendieron con su ingenio y su originalidad. Una sana travesura cuyo único objetivo fue el de arrancar una sonrisa en el rostro de alguien que ha tenido un día difícil o que simplemente esta cansado. Por supuesto Mulatita revivió y de ahí dimos inicio a las clases con un espíritu y en un ambiente de algarabía donde todas las tensiones, tristezas y preocupaciones se fueron esfumado. En ese pequeño espacio solo estaban dos niños y una profe, cada uno con su historia, cada uno con sus desafíos, mas aun así, estábamos unidos por el objetivo mutuo de aprender y de poder hacerlo en un ambiente donde cada persona e incluso una muñeca importaran. Este es tan solo un ejemplo de tantos que han habido, de momentos muy únicos y especiales vividos dentro de un aula, que muy difícilmente podre olvidar así como a sus protagonistas.  


















Listo para sufrir

 

¿Listo para sufrir?



Esta es una de nuestras "frases celebres" con la que le abrimos la puerta y recibimos a cada niño que entra al edificio para dirigirse a su clase. Creo que la frase surgió con un niño quien vino por primera vez para su clase de Ingles y típicamente mostraba las señales propias de la timidez y del temor. Así que le sonreí y con mucho animo le pregunte: ¿Estas listo para sufrir?, el niño me miro y empezó a reír. El nerviosismo se fue volando por la puerta y de ahí se hizo costumbre, hasta el día de hoy, 25 años después, de seguir preguntando cada día a mis alumnos ¿Estas listo para sufrir?


Sucede que un día, uno de mis niños había llegado temprano para su clase, era un pequeño de tan solo seis años. Al llegar fue corriendo a su aula para esperar a su compañero. El aula se hallaba en el tercer piso y el balcón de su aula daba al estacionamiento, por lo que cuando escucho el sonido del vehículo de su compañero aproximándose, se levanto raudamente de su silla y corrió hacia el balcón




Apenas tenia la estatura para asomarse por encima de la barandilla. 
Poniéndose de puntitas y apoyando el peso de su cuerpo sobre la barandilla grita a todo pulmón a su compañero quien salía de su vehículo en la planta baja "¿Estas listo para sufrir?


No ha de sorprender la reacción que esto causo en los transeúntes que circulaban por el lugar. Miradas atónitas se fijaron en aquel niño sonriente quien preguntaba ¿Estas listo para sufrir? aun mas extraño les habrá parecido la reacción del otro niño, quien al escuchar la voz de su compañero, sale corriendo del vehículo para ir al encuentro de su amigo, quien le invitaba a sufrir.


 Este pequeño ahora ya es un adolescente y tuve la oportunidad de compartir con el una anécdota familiar. En los últimos años nos hemos interesado mucho en la genealogía y tras mucho investigar hallamos un registro donde se detallaba el escudo de armas junto con el lema de nuestra familia.

                                                                                     


Nothing unless by the cross


Meaning


No reward without

 suffering


"No hay recompensa sin sufrimiento" Todo aquello de valor en la vida se obtiene con esfuerzo y sacrificio. Ningún esfuerzo mediocre producirá los frutos propios del sacrificio y la dedicación. Así que mis Chiquiplupsis ha seguir estudiando, o como ustedes ya saben, "a seguir sufriendo"


La Batalla

 

La Batalla


 Esta es la historia de una pequeñita de tan solo diez años de edad. Un ser chiquito pero muy ruidoso.   Todos los alumnos se enteraban cuando esta pequeñita ingresaba al instituto. Abruptamente abría la   puerta del aula, -sin importar si ya era la hora de su clase o no - daba un brinco en el aire, aterrizando de   pie, con ambos pies separados, las manos en la cintura, sonrisa en el rostro y con voz portentosa gritaba   "Hello teacher" resonando su voz por todo el instituto.


 Venia estudiando con nosotros un año, cuando le comente a sus padres en cuanto a la total convicción   que tenia de que ella pudiera sobresalir en el examen internacional para su nivel. Los padres estuvieron   de acuerdo y la niña fue inscripta para el examen



Fue entonces cuando se produjo una verdadera lucha interna en mi pequeña valiente. En varias oportunidades se sentó para hablar conmigo y expresar las dudas que sentía de tomar aquel examen por temor al fracaso. En su mente ella estaba segura de que no lo lograría. Sentía una profunda admiración por su padre y no quería defraudarlo, no quería que el se desilusionara de ella.


En muchas oportunidades hablamos de como a veces permitimos que el temor nos paralice hasta el punto de truncar nuestros sueños y crear barreras y limitaciones, producto únicamente del escenario de nuestra mente. Exprese mi confianza en ella y trate de infundirle confianza en si misma.













Mi chiquiplupsis tenia ante ella al terrible dragón del miedo, al que yo le estaba intentando convencer de enfrentar. Mis palabras no parecían hacer diferencia alguna, hasta que recordé una enseñanza de mi padre. El, al hablar de los jóvenes siempre ha dicho: " Los jóvenes no necesitan criticas. Los jóvenes necesitan ejemplos y modelos a seguir". El siempre me ha inculcado: "Si vas a enseñar, hazlo con el ejemplo"


Como docentes necesitamos ser coherentes. Si vamos a enfatizar en nuestras clases la importancia de la educación, de aspirar a la excelencia en los estudios, si vamos a hablarles en términos de como tienen que organizar su horario, como tienen que planificar su día. Si les vamos a hablar de la importancia de hacer planes y de plantearse desafíos, como yo lo estaba haciendo con esta niña. ¡Que mejor forma de hacerlo que con el ejemplo! Como dice el refrán, una imagen vale mas que mil palabras. El ejemplo muchas veces logra lo que las palabras no pueden





Así que le hable a esta niña de un curso que yo deseaba tomar pero que venia postergando justamente por el temor al fracaso, por no contar con el tiempo suficiente para cumplir con la carga horaria del curso y los requerimientos del mismo como ser tareas, exámenes y demás y le propuse a mi chiquiplupsis el siguiente trato: Si yo vencía mis temores y me inscribía a ese curso, entonces ella tendría que vencer sus temores y prepararse para su examen. Acepto el trato, un tanto renuente, mas lo acepto. Sin darme cuenta me había comprometido a mi misma a un desafío, a mi propio dragón que no estaba muy segura de poder enfrentar. Mas cumplí mi promesa y me inscribí al curso.

Durante el mismo, hubo muchos momentos en donde el no poder encontrar el tiempo suficiente para cumplir con todos los compromisos comenzaron a tornarse abrumadores. Recuerdo que una noche al terminar las clases, me despedí de mis niños sintiendo el peso del mundo sobre mis hombres. A medida que nos despedíamos, mis niños me comentaban de como planeaban terminar aquel día y cuando llego mi turno, les dije: "Tengo tantas tareas pendientes que no he enviado aun , que simplemente no se por donde empezar". Mis niñas se sorprendieron de que la profe también estudiara y de que también tuviera tareas que entregar y de ahí se produjo una situación bastante jocosa que se ha quedado grabada en mi memoria. Estas dos niñas con total seriedad me invitaron a sentarme y me dijeron:

"Profe, has acudido junto a las personas indicadas. En cuanto a tareas atrasadas somos las expertas". No recuerdo los consejos que me brindaron pero si ese tierno momento vivido con ellas. Unos meses después, cuando se aproximaban los exámenes finales del colegio, esta misma niña que me había brindado sus mejores consejos comenzó a hablar con sus compañeras en el aula sobre como se sentía abrumada por tantos trabajos prácticos que debía presentar, exámenes para los que se debía preparar, clases de danzas y demás y luego para mi sorpresa dijo: Si la profe puede trabajar todo el día y estudiar por la noche, nosotros también, si ella pudo, nosotros también podemos.

Me sorprendió, nunca pensé que tomarían en cuenta esos detalles.

Pude completar mi curso y terminarlo poco antes de la fecha del examen de aquella primera niña, recibí mi certificado, lo encuadre y lo puse sobre la pared, como recordatorio para mi niña de que así como yo lo había logrado, ella también lo lograría.

Mi niña se presento a su examen y obtuvo una distinción por merito tanto en sus evaluaciones escritas como en su evaluación oral. De ahí se volvió costumbre, cada vez que un niño se preparaba para un examen yo me inscribía de igual forma en un curso pertinente a mi carrera y de a poco se fueron sumando los certificados.





Su padre nunca se entero de la gran batalla interior que se libro dentro de esta niña. Para algunos padres, el certificado es tan solo un pedazo de cartulina, pero para esa niña, ese certificado era su trofeo con el cual recordaba la batalla en donde se enfrento al dragón del miedo y lo venció. Ayudemos a nuestros jóvenes a vencer sus miedos, si no podemos hacerlo con palabras, hagamoslo con el ejemplo.








25 años

Sentimos un gran aprecio, respeto y gratitud por Cambridge University quienes nos confirieron el estatus de institución de preparación para ...